viernes, 20 de febrero de 2015

La historia de Kimberly

Kimberly aún era pequeña, con el pelaje propio de su raza, pequeñas rayas blancas alternadas con rayas café oscuro, pequeña y avispadas orejas, sus ojos aun despedían esa inocencia propia de un pequeño ser sin malicia, sin rencor y con la esperanza de solo correr entre las ramas de los abedules. Pero aun así ya tenía los rasgos propios de lo que se convertiría, al sonreír, como todas las pequeñas ardillas destinadas a ser parte de la congregación, mostraba el gris mate propio de unos dientes de amalgama de tungsteno, pequeños colmillos destinados a arrancar pedazos de los enemigos que combatiría o sostenerla con fuerza para evitar que cayera, aun su pelaje terso y suave, pronto seria reforzado con nanobots, hechos con base nanotubos de carbono, solidos, fuertes, capaces de soportar presiones inconmensurables y temperaturas más allá del punto de ebullición del propio tungsteno, pero aún no, aún faltaba un poco de tiempo para ser sometida a la ingesta de la pastilla que contiene mil millones de nanobots.
Esos mismos nanobots no solo proveerán de modificaciones en el pelaje, que les permitirán sobrevivir a los embates físicos, sónicos y de energía de sus enemigos, también crearan enlaces sobre los nervios y músculos, a nivel nervioso los enlaces crearan vías ultra rápidas, los ojos verán más rápido y en distintas longitudes de onda, no solo el espectro común y propio de las ardillas listadas, sino que además tendrá visión térmica, ultravioleta, infrarroja y de campo magnético, los nervios auditivos serán igualmente modificados, podrán oír no solo el espectro auditivo normal, además de infrasonido, ultrasonido y sonar.
Pero aún no, aún estaba en entrenamiento básico, combate cuerpo a cuerpo, artes marciales aprendidas antaño, por los padres fundadores al aniquilar a los iniciadores de las modificaciones que ahora todas las ardillas listadas tenían, aun en esos días de entrenamiento no se mostraba tan distinta de las demás ardillas listadas en entrenamiento, solo a veces, incomprensiblemente al estar practicando a solas, lejos en el páramo oscuro, perdía el control de sus acciones, su cuerpo actuaba por sí solo, ella no lo recordaba, en uno de esos entrenamientos y fatídicas perdidas de control, había … despedazado… desmembrado… disfrutado asesinando a una hiena parda, que se dedicaba a sorprender a pequeñas ardillas listadas o de otra raza, esa hiena pensó que sería otro bocadillo fácil, solo que… el bocadillo resulto ser el, Kimberly estaba en trance, su mente perdida, su cuerpo reaccionaba solo, repitiendo los movimientos aprendidos por la mañana en el entrenamiento cuerpo a cuerpo, y, algunos que aún no había visto; la hiena se acercó lentamente, en sigilo, con todos los sentidos puestos en un solo objetivo, desayunar ardilla listada, a escasos dos metros de Kimberly, su sistema límbico percibió la amenaza exterior y reacciono.
Primero salto en dirección al sol, lo cual deslumbro a la hiena que no esperaba reacción alguna por parte de la ardilla, Kimberly giro y se abalanzo sobre el cuello de la hiena, con los dientes de amalgama de tungsteno abiertos listo para desmembrar un pedazo del cuello de la hiena, sus pequeña garras dispuestas para asirse del cuello de la hiena, encontraron primero en su camino, la oreja izquierda de la hiena, esta fue rasgada en 6 tiras sanguinolentas, aun  no eran las garras adultas endurecidas con titanio aligerado, pero el acero con el cual estaban cubiertas, fue más que efectivo para producir heridas punzantes y profundas en la oreja de la hiena, finalmente sus dientes de amalgama se clavaron, no en el cuello, sino en la tercera vértebra cervical, cerrándose con una fuerza más allá de lo normal para una pequeña ardilla listada, sus patas traseras encontraron apoyo en la base de los omoplatos de la hiena, y como un resorte liberado, impulsaron a toda Kimberly hacia atrás, lejos de su incauto atacante, desprendiendo la vértebra junto con la medula espinal, dejando en el acto invalida a la hiena, pero aun… con vida y agonizando, Kimberly en completo estado de trance y aun girando en el aire, escupió el hueso y medula que aun tenia asidos con los dientes cortantes, se apoyó en una rama cercana, flexiono los músculos de las patas traseras y se abalanzo sobre la espalda tambaleante y sangrante de la hiena, con las uñas de las patas delanteras bien dispuestas para atacar y cercenar, arranco la tercera y cuarta costillas de la hiena… arrancando, separando de las arterias y venas, el corazón agonizante de la hiena.
Con el último resquicio de fuerzas incoherentes e incontrolables, arrastro el cadáver y restos mortales de la hiena y los tiro a la pequeña barranca que se encontraba a pocos metros y era utilizada por la comunidad para arrojar los desechos diarios, después regreso al paramo y se sumergió en el pequeño charco de agua cristalina que estaba tras los arbustos  de vallas rojas, solo al terminar de bañarse, recobro la serenidad y volvió en sí, sin recordar nada de lo que había pasado momentos antes, sin saber… que acababa de despertar a un ser… demente, insensible y sin remordimientos.

Hammond por su parte, desde muy pequeño había demostrado ser, un asesino nato, sin remordimientos, sin escrúpulos, cosa que lo había metido más de una vez en serios problemas,  eran en cierta forma, las dos caras de la mismo moneda, una moneda de muerte y destrucción, ambos destinados al nuevo programa de conquista espacial, ambos sin saber, moldearían sus futuros, Hammond había ya matado en secreto y no sin sufrir heridas, a una pantera con dientes y garras de iridio, pelaje metamórfico de los primeros días de la liberación, aun así, logro matarla, provocándola, sabiéndose más pequeño y ágil, haciendo que la pantera brincara sobre el para devorarlo y aprovechándose de la avanzada edad de la pantera, con un ágil movimiento de sus pequeñas garras aceradas, logro hacer una herida hasta la coyuntura de la pata derecha delantera, incapaz de usar esa pata para sostenerse y volver a atacar, la pantera cayó estrepitosamente de bruces, Hammond aprovecho su acierto inicial para asestar un nuevo golpe en el anverso de la coyuntura de la pata de la pantera, esto hizo que se desprendiera en su totalidad la pata derecha delantera, solo que… Hammond no contó con el último recurso de la pantera, un ataque ascendente de la pata trasera izquierda de la pantera, que logró arrancarle la mitad de la oreja derecha de Hammond, ahora con una hemorragia incipiente en donde otrora se encontraba la pata derecha, y en ventaja Hammond por el dolor, este se abalanzo sobre los ojos de la pantera, que no pudo esquivar el ataque, solo espero que dejando el hocico abierto la pequeña ardilla inexperta, sufriera algún daño al realizar su ataque … así fue, Hammond en su afán de sentirse poderoso y terminar con la pantera, descuido su cola café claro, con pequeñas franjas grises, no fue un gran daño, pero si le causaría dolor por varios días, dejo a la pantera, desangrándose en solitario, solo para atender sus propias heridas, y buscar una historia convincente para el explicar el pedazo de oreja que ahora le faltaba.

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