No existía, no existe ni existirá

Buscar un algo totalmente absoluto, buscar y encontrar ese algo que mueve todo tu mundo debería de ser algo fácil, debería de ser algo sencillo, pero la verdad es que encontrar un algo totalmente absoluto con el cual no necesites nunca nada mas, es algo totalmente fuera de las posibilidades de un simple ser humano, encontrar algo que, la abrumadora mayoría de las veces, no sabes que es, como es, donde estuvo, esta o estará, es en sí mismo un trabajo no de una vida humana, se convierte en la razón de reencarnar, de renacer, de tener una ambición integral con tu vida y la vida de tu alma, la mayoría de las religiones de alguna forma similar o convergente nos dan la posibilidad de aspirar a un paraíso si nos comportamos de una manera acorde a los preceptos básicos de ella, algunas otras nos dan la imagen del renacimiento o reencarnación, ya que tenemos un objetivo que cumplir en este mundo, la mayoría de las veces las reencarnaciones te permiten aprender nuevas cosas, las cuales te servirán en esta o la próxima vida, algunos creen que se puede saber la edad de tu alma o lo que te define como ser único, no solo en este mundo si no, en el espacio tiempo.

El tratar de hallar ese algo totalitario generalmente se torna algo insensato e inhumano, poco o nada se puede hacer al respecto de algo que no conocemos, no por factores humanos, no se puede saber lo que no se debe saber, podemos inferir y extrapolar condiciones o situaciones que creemos conocer, pero la inferencia u extrapolación no se aplica ni sirve de nada en el intento por conocer a que venimos a este mundo.

No logramos entender en qué momento preciso o cual fue el detonante exacto, que hizo que nuestra psique o alma, comenzara a necesitar ese conocimiento o motivación, tal vez es un cumulo de cosas, tal vez solo fue un olor, una imagen, una palabra, nada y todo al mismo tiempo, pero una vez iniciado el proceso de búsqueda tenemos solo tres opciones, seguir adelante hasta las últimas consecuencias, ignorar por un tiempo esa necesidad o totalmente ignorar esa duda y descartarla por el bien de nosotros mismos.